P O L A R O I D
Nuestro magnetismo fue como de limaduras de hierro
seducidas por un imán; por el cual no me impedí abrazarte. Y tu respuesta fue
inmediata, instantánea como la estampa de una antigua Polaroid. Preferiste no dar lugar a la
duda, los tiempos que corren no favorecen a la histeria; menos aun, cuando el
agua rebalsó ya nuestros tobillos.
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David.