"Reapareciste en mi vida como aquella flor, traspapelada entre las páginas de ese libro al que se retoman sus lecturas, como ese arpegio que nos remonta en la luz de su velocidad al instante oportuno, que inspiró aquel beso y luego, todo lo demás..."

lunes, 11 de julio de 2011

E S C E N A R I O S

Vi en cielos, correr nubes de barriletes olvidados, de sentires, que no se perciben con la misma textura, de sueños que ya no se sueñan sino desde una interpretación; y si la realidad no es tal, y si tal, no es real: ¿Cómo sostengo entonces esto, que pretendemos llamar, “mandar todo al carajo sin flaquear en el intento”?
Fuimos nombrados antes de nacer, enseñados sin derecho a réplica, y abarrotaron así aquella celda, atiborrándola de gavetas vaya a saber con qué dogmas. Hace años hoy, sigo aferrándome a una suerte de controversias de las que a diario, exprimo disfrute; ¡es que sobrellevarse a tus constructos sólo es posible en una suerte de panspermia!  Ahora estoy acá, y estás acá. ¿Y allá…? no lo sé. Puedo aceptar a Lacan, devanarme los sesos deduciendo sus algoritmos posfreudianos, pero de nada sirve, ¡creéme, no alcanza! cuando te distingo entre la tenue luminaria y tu contorno dilucida el goce, cuando nos reescribimos en otra historia sincera, sin arbitrajes, y nuestras filosofías acaban bajo una misma sábana.
Afuera, el invierno surealiza entre granizo y ceniza volcánica la idiosincrasia de la masa: El mendigo del subte, el que putea porque el bondi tardó más de lo habitual, los pibes saliendo de la disco a las trompadas, los laburantes enfundados en sus madrugares a los ponchazos entre ríos de orín y escupitajos; el escenario fenoménico es más que una pandemia de actores mediocres: es una obra de cuarta aplaudida de pie. Tomamos muy a pecho esto de los individualismos, ¿pensará alguien, manifestarse en nombre de la autenticidad? …Cuando expropian a nuestros originarios veo lo real, cuando posan junto a indigentes veo lo hipócrita, cuando cegan nuestros anhelos, comprendo el mecanismo; entonces, todo remite a su origen, a su huella mnémica, la vorágine y su condescendencia socaba en nosotros, alojándose como un cáncer maldito al que sólo es posible sobrellevar, adoptándolo.
Ya en los ´90, de volúmenes hablábamos en cuanto a saturación de decibeles; será que hay ciertos discursos que saltan la púa, será que las “tendencias” conllevan a abstraernos, o ¿que el dominio bien se relame entre aquellos que fueron educados a condición de “no agudizar más el oído…”?  Invertido, contradictorio, cavernario, tecnológico: en lo intrínseco, somos. Es que, incorporamos con tanta convicción nuestros roles que dudo, tengamos agallas para quitarnos el maquillaje.
Aun mi mano no termina de girar el picaporte, al otro lado su voz ya dimensiona la obra. Es hora de recobrar el libreto, abordar al personaje, subir el telón, luego entrar en escena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario me ayuda a seguir en viaje... Gracias!
David.