"Reapareciste en mi vida como aquella flor, traspapelada entre las páginas de ese libro al que se retoman sus lecturas, como ese arpegio que nos remonta en la luz de su velocidad al instante oportuno, que inspiró aquel beso y luego, todo lo demás..."

martes, 16 de febrero de 2010

H O M Í N I D O


Si fuimos capaces de abandonar los árboles. De erguirnos sobre la marcha en la desfloración de prados vírgenes. Atiborrar tomos de historias para contradecirlas en un solo renglón. De ambular por las costas, rastreando las huellas de los últimos “cámbricos”.
Si fuimos capaces de liberar nuestras manos, de transformar guijarros en cortantes. De una chispa, encender el milagro de aliviarnos en la llama, de evolucionar en el misterio del abrazo así como en ingenios bélicos. No te ofendas si mi simio se extravía por las ramas, si prefiere echar un vistazo desde la Araucaria más alta. Tampoco creas que no disfruto de tu sociedad, a veces quisiera ser también, parte. Solo evito eso que solemos hacer; eso, de lastimarnos vanamente.
Desde aquí procuraré cultivar tu lengua, para que no pienses que soy un ermitaño, para que cuentes conmigo y así algún día poder cuestionarnos: Si fuimos tan humanos siendo aun primates, ¿por qué hicimos lo imposible por transformarnos en hombres?

Del libro "Nosotros, homínidos"

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David.