"Reapareciste en mi vida como aquella flor, traspapelada entre las páginas de ese libro al que se retoman sus lecturas, como ese arpegio que nos remonta en la luz de su velocidad al instante oportuno, que inspiró aquel beso y luego, todo lo demás..."

jueves, 14 de enero de 2010

T I E M P O

Hubiera deseado que todos los relojes se detengan, que tu vuelo nunca haya sido anunciado por los altoparlantes…
Es 2112 y a pesar de este desfasaje atemporal, este develar de situaciones insoslayables. Este errar de alientos, sudores, calvarios resucitados, amores salvajes, bálsamos desérticos, melancolías extirpadas ahora por la distancia… lo considero, hoy; es tiempo de olvidarte.

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David.