Q U I M E R A
Oscura imagen sumida en un frío tormentoso. Su nostalgia apenas se vislumbra. Lágrimas de lluvia recorren su rostro. El presente es terminal, lo concebimos. Un beso gélido, una caricia insufrible; el instante de lo que se quiso y no pudo ser. Tal vez sí… O si hubiéramos. Es tarde ya para que Sirio vuelva a salir; y no existen aun máquinas del tiempo para retroceder. Lo que hasta el momento creíamos sujetar se vuelve parte del todo, de la naturaleza misma. Fugazmente, las imágenes comienzan a transitar la calle de los recuerdos. Las escenas de antaño conservan la pasión de lo que entonces actuábamos. Puedo sentirte en aquel abrazo único, en el beso que temía darte, en la canción que tanto amaba y deseaba que oyeras. En la noche que aguardé tu regreso, en el tiempo que extravié y me ayudaste a encontrar... En aquella evolución, hubo eras que dejamos atrás. Esperamos los días extensos. Vivimos una especie de hibernación, un hastío inconsciente, un transe fugaz. Pronto despertaríamos, como sonámbulos al borde del vacío... Ahora, sé que no habrá más inviernos ni sabor amargo en su hiel. Comprendes que no habrá más filoso-fías que divaguen sobre nuestro tiempo. Sólo queda, reaccionar. Percibirte. Darme cuenta. Soltarte. Volver a la ruta, luego seguir.



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David.