I N V I E R N O
Catástrofes arremolina el viento adentrándose al patíbulo de la metrópolis. Acaece el crepúsculo, infectos deambulan entre agónicos, los jerarcas cotejan cifras… No hay “altísimos” aparecidos como augurios de un milagro; sólo rebalsos hospicios, “goles”, erratas y con ellos, el germen propagado por nuestra incertidumbre.
Un crudo espejo del ser humano, de la sociedad de hoy, todos islas emergentes de mares de soledad...
ResponderEliminarSabés hermano que me llega hasta lo más profundo de mi alma tu decir...
Gracias por estar, siempre estar...